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domingo, 7 de marzo de 1999

El pop vuelve a usar suecos



Roxette: después de cinco años, el popular dúo regresa con un disco de canciones nuevas, fieles a su tradicional estilo.
 
¿El mundo necesita a Roxette? "Absolutamente, más que nunca" es la respuesta que da Marie Fredriksson -ahora con un sorprendente look Annie Lennox- para promocionar el octavo disco del dúo que comparte con Per Gessle desde hace trece años. Una frase un tanto fanfarrona y desafortunada, pero en fin..., se sabe, las estrellas pop son así.

La pregunta bien podría ser: ¿es necesario que vuelva Roxette? Y la respuesta no sería otra que "por supuesto que no". Es que el lugar que Roxette supo ocupar -y, por momentos, donde reinó- en esta década, ya lo han llenado otros. Spice Girls, Backstreet Boys y Five, entre muchos, coparon las ventas pop de los últimos cinco años, desplazando a cuanto artista se les interpuso en el camino.

Entonces, el dúo sueco difícilmente vuelva a posicionarse como hace diez años, cuando discos como "Look Sharp" y "Joyride" conquistaban al mundo pop sin distinción de continentes. A pesar de ello, la cuarentona pareja platinada regresa con "Have a Nice Day", apuntando a sus viejos y fieles fans con las mismas melodías pegadizas y un cuidado sonido acorde con los tiempos que corren.

A su favor, Roxette tiene una multiexitosa carrera, repleta de cifras millonarias. Cuarenta millones de placas vendidas en todo el mundo de sus siete álbumes, más de quince millones de simples vendidos, cuatro canciones número uno en los Estados Unidos en el lapso de tres años y numerosísimos hits radiales ("It Must Have Been Love", "Listen to Your Heart", "The Look", "Joyride", "How Do You Do" y la extensa lista continúa).

A cinco años de su último trabajo con nuevas canciones -"Crash! Boom! Bang!"-, Fredriksson y Gessle buscan su resurrección con la fórmula que mejor conocen: pop barnizado con dance-music y baladas románticas con absolutamente todos los clichés del género.

Musicalmente "Have a Nice Day" no posee novedades. El primer simple del álbum, "Wish I Could Fly", bien podría ser la continuación de "Listen to My Heart", y "Crush on You" parece la segunda parte de "Joyride".

Los suecos arriesgan tan sólo en temas como "Stars", empapados con la tónica de la música electrónica que el último año revivió a Madonna y con un dulce coro de niños. Pero en rigor de verdad, es demasiado poco.

A pesar de ello, Roxette tiene otro punto a su favor por sobre los actuales amos y señores de la escena popera : todas las canciones son propias. Es decir, ambos son músicos y eso, en "Have a Nice Day", se nota.

Exito a la Argentina

Y quizá precisamente por eso su nombre sigue siendo sinónimo de buen negocio. En la Argentina, donde colmaron dos veces el estadio de Vélez Sarsfield en 1992 y una vez el de Ferro Carril Oeste en 1995, en apenas quince días su nueva placa ya vendió 20 mil copias. Una cifra para nada despreciable con tanta oferta dando vueltas.

El mercado sudamericano fue siempre uno de sus pilares. Tanto que el último disco editado hasta el momento había sido "Baladas en español", en 1996. Este compilado de sus grandes éxitos románticos cantados en castellano vendió más de un millón de copias en España, Brasil y la Argentina.

Si bien es cierto que el mundo no necesita a Roxette, más allá de la pomposa frase de marketing que escogió Fredriksson para esta nueva etapa del dúo, también lo es que una buena porción del público consumidor de música pop, todavía disfruta de las melodías de esta pareja de suecos. Y eso, no es poco.

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